En mi humilde opinion, lo que hicieron con esta mujer, fue matarla. Mientas vive, a ningun ser humano debe negarsele el derecho basico de alimentarse. Es una violacion directa del 5to. mandamiento que dice: "No mataras".(Exodo 20:13) Cualquiera que mate, no importa como, tendra que responder ante el tribunal del cielo, no importa que tenga el respaldo de los tribunales de la tierra.
Terri Schiavo, la mujer en estado vegetativo que se encontraba en el centro de una agria disputa familiar, judicial y hasta política sobre la eutanasia en Estados Unidos, falleció ayer.
La mujer, de 41 años, llevaba 15 años en estado vegetativo. El esposo de ella, Michael Schiavo, pedía que la dejasen morir en paz, afirmando que ella jamás querría vivir así.
Hace 13 días se le retiró el tubo que la mantenía viva luego que un tribunal ordenó que se respetaran los derechos del marido.
Los padres insistieron en que su hija podría recuperarse, y lucharon ante varias instancias judiciales para que se le reconectase el tubo. La mayoría de los tribunales le daban la razón al esposo, quien tenía potestad sobre ella.
La disputa generó una intensa polémica en Estados Unidos sobre la eutanasia, que llegó incluso a las altas esferas del poder y que demostró la creciente influencia de los cristianos conservadores en la política de este país.
Los sectores cristianos conservadores, que se oponen férreamente a la eutanasia bajo toda circunstancia, pedían que se le reconectase la sonda a Terri Schiavo. Los sectores laicos, o incluso religiosos pero de tendencia liberal, sostenían que era un asunto estrictamente familiar y privado y que en todo caso se debía respetar el fallo de los tribunales.
Durante los siete años de batalla legal, los legisladores de La Florida, el Congreso e incluso el presidente George W. Bush trataron de intervenir en defensa de los padres. Las gestiones vinieron de parte particularmente de políticos del Partido Republicano, actualmente en el gobierno y de tendencia conservadora, y cuya base electoral está compuesta en parte por los sectores cristianos conservadores.
La intervención del gobierno en una disputa familiar, sin embargo, causó alarma entre muchos estadounidenses.
Schiavo murió a las 9:05 de la mañana en el hospicio de Pinellas Park, donde estuvo durante años mientras que su esposo y sus padres luchaban por su tutela, en lo que fue fácilmente la disputa sobre eutanasia más larga y agria de la historia de Estados Unidos.
La pelea entre los padres, Bob y Mary Schindler, y su yerno Michael Schiavo continuó incluso después de la muerte de la paciente: los asesores espirituales del matrimonio dijeron que los Schindler habían estado junto al lecho de la hija antes de su muerte, pero no se hallaban junto a ella en el momento de su muerte porque el yerno no los quería en la habitación.
“Y así continuó su crueldad despiadada hasta este último minuto”, dijo el padre Frank Pavone, asesor espiritual del matrimonio. “Esto no es sólo una muerte, con la tristeza que eso trae consigo, sino que es un asesinato. Y por ello no sólo deploramos que Terri haya muerto, sino que nuestro país haya permitido una atrocidad como esta y oramos porque no ocurra nunca más”.
El abogado de Michael Schiavo, George Felos, anunció la muerte, pero no formuló otros comentarios. No se divulgó de inmediato el paradero del esposo.
Frente al hospicio, un pequeño grupo de activistas cantó himnos y elevó sus manos al cielo. Desde que se ordenó la desconexión de la sonda alimentaria, numerosos manifestantes se congregaron frente al hospicio para mantener una vigilia, y muchos fueron arrestados cuando trataron de llevarle alimentos y agua.
El Vaticano describió la remoción de su sonda alimentaria como una pena de muerte aplicada a una mujer inocente. Los Schindler calificaron la remoción de la sonda de “homicidio judicial”.
Schiavo sufrió daños cerebrales en 1990, cuando su corazón dejó de latir debido a un desequilibro químico que se cree fue ocasionado por un desorden alimenticio. Un equipo de médicos nombrados por el tribunal dijo que la mujer se hallaba en estado vegetativo persistente, no estaba verdaderamente consciente y carecía de posibilidades de recuperación.
La sonda alimentaria le fue removida con aprobación judicial el 18 de marzo, después de que Michael Schiavo argumentó que su esposa le había dicho hace largo tiempo que no deseaba ser mantenida viva por medios artificiales.