Sabes como preparar un pancake?
El pequeño Luis de 6 años, decidió una mañana prepararle pancakes a sus padres para desayunar. Encontró un gran tazón y una cuchara, acercó una silla a la mesa, y trató de alzar el pesado paquete de harina para abrirlo. La mitad del paquete quedó desparramado entre la mesa, la silla y el suelo.
Tomó toda la que pudo con sus manitas y la puso dentro del tazón, despues le puso un poco de leche y azúcar haciendo una mezcla pegajosa que empezaba a chorrear por los bordes. Además habían ya pequeñas huellas de harina por toda la cocina dejadas por él.
Luis estaba totalmente cubierto con harina y estaba empezando a frustrarse. El quería darle una sorpresa a sus papás haciendo algo muy bueno, pero todo le estaba saliendo al revés. No sabía que más había que agregar a la pasta o si había que hornear los pancakes, pues ni siquiera sabía como usar el horno.
Se dirigió a la mesa, pero por accidente derramó la botella de leche, cayeron al suelo los huevos que estaban sobre la mesa y se quebraron, intento agacharse para limpiar, pero se resbaló y quedó con toda su pijama pegajosa, llena de harina y de huevo.
En ese momento, vió a su papá de pie en la puerta. Dos grandes lágrimas asomaron a sus ojos. El solo quería hacer algo bueno, pero en realidad había causado un gran desastre
Estaba seguro de que su papá lo iba a regañar y muy posiblemente castigarlo.
Pero su papá sólo lo miraba en medio de aquel desorden.
Entonces, caminando encima de todo aquello, tomó en sus brazos a su hijo que lloraba y le dio un gran abrazo lleno de amor, sin importarle llenarse él mismo de harina y huevo.
Asi es como Dios nos trata. A veces tratamos de hacer las cosas bien, pero sin querer terminamos haciendo un desastre.
Discutimos y peleamos en familia, insultamos a los amigos, hacemos mal nuestras obligaciones y desordenamos nuestra vida.
Otras veces, sólo podemos llorar, porque ya no sabemos que más hacer. Entonces, es cuando Dios nos toma en sus brazos, nos perdona y nos demuestra que nos ama, sin importarle que pueda ensuciarse con nuestra suciedad.
Pero por el simple hecho de habernos equivocado, no debemos dejar de “preparar pancakes” para Dios o para alguien especial.
Tarde o temprano lo lograremos, y Dios estará orgulloso de nosotros, porque no nos dimos por vencidos.
Un abrazo y que Dios derrame sobre ti, muchas bendiciones de paz, amor y prosperidad. Así mismo te animo para nunca desmayar hasta lograr lo que te propones.
Labels: Motivacion
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